
Al bajar de Parc Güell, afuera de un almacén donde paré a comprar un bocadillo de jamón, había una especie de exhibidor con tres bandejas colmadas de cajas de rollos de fotos. En la del medio, estaba muy acomodado este gordito ejemplar felino, profundamente dormido. Tan dormido estaba que no se inmutó ante llamados de atención de los turistas que lo veían, y apenas respondió a los mimos y caricias que algunos le hacían. ¡Qué lindo ser gato!
1 Comments:
No ser gatos para andar gratis por barcelona durmiendo siestitas por ahí. Ellos son los reyes de las ciudades de todo el mundo.
Aguante el gato cartonero de barcelona!
Male
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