
Y, ya andaba necesitando un poco de montañas y nieve, con tanta urbe alrededor. Así que me regalé una Navidad en Andorra, y el 25 me la pasé de paseo trepoteando montañas y metiendo las patas en la nieve. Acá estoy, autofotografiado, en la pseudocumbre que coroné. Debajo mío está el Val d'Incles, el cual recorrí hasta el fondo, y que aún conserva el aspecto que debía tener Andorra cuando aún no era un gran shopping.
1 Comments:
Te estas volviendo un maestro de las autofotos! quedó como si estuvieras llegando agotado ala cime y el fotografo te estuviera esperando ... je las cosas que se aprenden en un vieaje en solitario
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